Madrid, 7 de septiembre de 2025 — La Dra. Fernández Guarino, dermatóloga y experta en piel sensible, presenta bajo su marca Madriderma , el primer pintalabios dermatológico reparador con color, formulado especialmente para personas con piel seca, reactiva o sensibilizada.
Este lanzamiento marca un hito: un producto cosmético nacido directamente de la experiencia clínica de madriderma y formulado por una dermatóloga con años de práctica e investigación en el tratamiento de patologías cutáneas y el cuidado de pieles especialmente vulnerables.
¿Por qué un pintalabios?
“La idea me la dieron mis propias pacientes”, afirma la Dra. Fernández Guarino. “En la consulta las pacientes con afecciones faciales me preguntaban qué podían usar para maquillarse, para tener mejor cara, aunque fuera los labios, me decían. Pacientes con rosácea, dermatitis atópica, o piel seca. Muchas no toleraban maquillaje o los labiales convencionales, otras directamente los evitaban por miedo a empeorar su piel. Me decían: ‘Doctora, ¿por qué no hace usted uno?’. Y al final, me lo planteé, ¿por qué no hacer un pintalabios desde la dermatología”.
La necesidad estaba clara: un producto que hidratara reparara y, a la vez, ofreciera un toque de color natural para la cara sin ingredientes potencialmente. Pero sobre todo que fuera un bálsamo intensamente reparador, un producto casi de tratamiento. No había nada en el mercado que uniera todas esas características con el respaldo profesional de un dermatólogo.
Un desarrollo largo y exigente
El camino hasta dar con la fórmula final no ha sido sencillo. La Dra. Fernández Guarino lo cuenta con claridad:
“Han sido dos años de desarrollo junto con una empresa de formulación cosmética. No ha sido fácil. Aunar eficacia, seguridad, tolerancia y un acabado bonito exige pruebas, reformulaciones, ensayos de estabilidad, control de alérgenos, y mucha paciencia. Pero no me conformaba con menos. Si lo iba a firmar yo como dermatóloga y con mi marca, tenía que estar perfecto.”
Este trabajo conjunto ha permitido obtener un producto único: un labial que, más allá de dar color, actúa como un verdadero bálsamo dermatológico. Contiene ingredientes utilizados habitualmente en formulación magistral por dermatólogos, seleccionados uno a uno por su eficacia y tolerancia en piel sensible.
La experiencia del dermatólogo, ahora en un pintalabios
La Dra. Fernández Guarino explica que, en su práctica habitual como dermatóloga, formulan cremas magistrales que luego preparan los farmacéuticos. Esto le da una perspectiva privilegiada sobre qué ingredientes funcionan realmente en cada tipo de piel:
“Nosotros, los dermatólogos, llevamos años trabajando con principios activos que no aparecen en los cosméticos comerciales, no son tan vistosos, o porque no tienen ese componente de marketing. Pero sabemos por nuestra propia experiencia que funcionan. Y con esa base he desarrollado este pintalabios: ingredientes que sé, por experiencia clínica, que reparan, suavizan, y respetan la piel más delicada.”
El resultado es un labial con color natural, acabado luminoso, sin perfumes, sin conservantes agresivos ni ingredientes sensibilizantes, enriquecido con lípidos fisiológicos, ácido hialurónico, coenzima Q y rosa mosqueta entre otros. Aporta además acción antioxidante y antienvejecimiento, por lo que se le puede además de restaurador, antiedad.
¿Qué aporta este pintalabios que no tenga uno convencional?
Es un producto que va más allá de dar color. Es un asistente para el tratamiento de la piel, un coadyuvante que decimos. Hidrata, repara, protege y, además, embellece. Está pensado desde el conocimiento de lo que necesita una piel alterada o sensible. Y eso, sinceramente, no lo hace ninguna marca comercial cosmética de maquillaje con este enfoque.
¿Ha sido complicado desarrollarlo?
Muchísimo. Estuve dos años con el laboratorio, ajustando cada fase: textura, color, olor (que no tenga), estabilidad, tolerancia. Todo. No ha sido solo una cuestión de “me gusta” o “queda bonito”. Ha sido un proceso riguroso, técnico, casi científico. No todo lo que le queríamos poner se podía, a veces no daba resultado, y quedaba un pintalabios poco “usable”.Y ahora puedo decir, con orgullo, que el resultado es de altísima calidad.
¿Cómo se eligieron los ingredientes?
De la experiencia en consulta. Los dermatólogos formulamos. Sabemos qué compuestos ayudan a restaurar la barrera cutánea, qué humectantes no pican, qué ceras no obstruyen. No he improvisado nada. Lo que lleva este pintalabios tiene un motivo terapéutico. Y también cosmético, claro.
¿A quién va dirigido?
A cualquier persona con piel seca, reactiva, con dermatitis, rosácea o simplemente sensible. También a quienes siguen tratamientos médicos que alteran la mucosa labial. Pero vamos, que lo puede usar todo el mundo. De hecho, tengo pacientes sin problemas en la piel que ya no quieren otro.
¿Dónde se puede comprar?
De momento en la web de Madriderma. No es un producto de distribución masiva. Lo hemos hecho con mimo y en lotes pequeños, como corresponde a algo tan delicado. No es marketing, es medicina cosmética.
¿Qué ha sido lo más difícil?
Encontrar el equilibrio entre función reparadora y cosmética. Hay muchos labiales que hidratan y restauran, pero no quedan bien. Y muchos que quedan bien, pero no reparan. Yo quería las dos cosas. No ha sido fácil, pero creo que lo hemos conseguido.
¿Qué papel ha jugado su trayectoria como investigadora en este proyecto?
Fundamental. Además de mi trabajo clínico, dirijo un grupo de investigación en la Universidad Alfonso X el Sabio (UAX), donde soy profesora titular acreditada de Dermatología. Mi línea de investigación está centrada en fuentes de luz y prevención del cáncer de piel, y eso me ha dado un bagaje sólido en el análisis de la piel, la formulación y los efectos reales de los compuestos en la piel. Llevo años publicando en revistas internacionales, participando en proyectos y evaluando resultados de forma rigurosa. Todo ese conocimiento ha sido clave para poder desarrollar un pintalabios dermatológico de verdad, con sentido clínico, no solo cosmético.
¿Cómo se pasa de atender a pacientes complejos en el Hospital Ramón y Cajal a lanzar un cosmético? Parece casi contradictorio.
Parece banal, lo sé. En el hospital atiendo pacientes ingresados, con enfermedades dermatológicas graves, en situaciones complejas y las urgencias. Y, sin embargo, muchos de ellos también preguntan por lo cotidiano: “¿Qué crema uso?”, “¿Qué me pongo en los labios?”. Porque cuidar la piel es salud, en todos los niveles. Este labial es mi forma de decir que no hay problema pequeño cuando hablamos de piel. Si alguien no puede usar un pintalabios sin que se le irrite, también merece una solución. Y si puedo ayudar desde mi experiencia, lo hago. Para mí, esto también es medicina.
¿Qué acogida ha tenido el pintalabios dermatológico entre los pacientes y usuarios?
Muy buena. A los pacientes y conocidos que lo han probado les ha encantado. Me dicen que les hidrata mucho los labios, que notan la diferencia desde el primer uso. Reconocen la calidad en la textura y el efecto que deja en la piel. No es solo sensación, es resultado. Les convence, sobre todo quienes no toleraban otros labiales.
¿Y ha recibido críticas?
Claro. Algunas personas me han dicho que no les gusta el olor. Y lo entiendo, porque no lleva perfumes, ni aroma añadido. Huele a lo que es: a cera y a aceite puro. Ese olor que notas viene de las ceramidas y del aceite de rosa mosqueta sin refinar. No es un perfume comercial, pero es lo que permite que lo toleren mejor las pieles sensibles.
También he recibido críticas por el precio. Y aquí tengo que decirlo claro: este no es un pintalabios o un bálsamo labial de vaselina con color. Lleva detrás mucho desarrollo, selección de ingredientes de primera calidad y, sobre todo, mi experiencia profesional.
¿Qué les diría a esas críticas?
Que todos los días tengo la consulta llena de pacientes que mejoran con mis tratamientos, con la formulación que hacemos, con lo que les recomiendo. Esto no es teoría, son resultados. Este no es un pintalabios al uso, no es un cosmético de marketing. Es un producto médico-cosmético diseñado para reparar por un dermatólogo. Y eso, se nota.
¿Por qué lanzar este producto desde Madriderma y no con una marca grande?
Porque quería que fuese personal, mío. No es un producto comercial al uso. Es una forma de llevar parte de mi consulta a quienes no pueden venir a verme. Y eso solo podía hacerlo desde mi marca personal, que es mi forma de comunicar la dermatología de forma cercana, de calidad y honesta.
Un objetivo claro: acercar la dermatología a quienes no pueden venir a consulta
Le preguntamos a la doctora cuál ha sido su motivación última:
“Con este labial quiero llevar algo de mi sabiduría dermatológica a personas que no pueden venir a verme. Sé que hay muchas pieles delicadas por ahí que no saben qué usar. Esta es una forma de que Madriderma, mi marca personal, llegue a más gente, de ayudar más allá de mi consulta.”
Sobre Madriderma
Madriderma es una clínica dermatológica dirigida por la Dra. Montserrat Fernández Guarino, con consulta privada y trayectoria en el Hospital Ramón y Cajal. El proyecto nació para acercar el conocimiento dermatológico con claridad y rigor a los pacientes, tanto en consulta como a través del blog, redes sociales y ahora, con productos propios.
“No se trata de vender cremas cosméticas. Se trata de ofrecer soluciones reales desde la dermatología, esto incluye la consulta médica, información en abierto en la web y ahora productos”, concluye la doctora.