Las pastillas de freno son uno de los elementos más importantes del sistema de frenos de cualquier vehículo, ya que de estas depende contar con la fricción necesaria en los discos de freno para que el coche pueda detenerse en el momento en el que el conductor acciona el pedal de freno.
BCS Valdivia es uno de los lugares indicados para realizar el mantenimiento y la reparación de los sistemas de frenos de cualquier vehículo, servicios realizados a manos de expertos.
Señales de que es necesario realizar un mantenimiento de frenos
Si bien el mantenimiento se debe realizar sin falta cada 15.000-20.000 km, hay algunas señales que pueden indicarle al propietario del vehículo que ya es hora de realizar una visita de mantenimiento.
El primer síntoma que muestra el coche es que, al pisar el pedal del freno, el vehículo no responde correctamente y el conductor se ve obligado a aplicar fuerza sobre el pedal. Otra señal es la falta de fuerza de frenado, que el vehículo presente temblores y vibraciones en el volante al frenar y la presencia de un chirrido metálico a la hora de frenar. Esta última es la señal más fácil de detectar, ya que es un sonido muy aturdidor y se escucha claramente.
También puede suceder que el vehículo, al frenar, se desvíe hacia alguno de los dos lados. Por último, si se enciende el testigo del ABS en el cuadro de instrumentos del vehículo, es un claro síntoma de que es momento de hacerle un servicio de mantenimiento de frenos al vehículo.
Mantenimiento preventivo del sistema de frenos
Los expertos recomiendan realizar un mantenimiento preventivo del coche cada cinco mil kilómetros o, en su defecto, en cada cambio de aceite.
Para ello, se deben cambiar los discos y tambores, ya que es necesario contar con una superficie adecuada para que el conductor frene sin ningún tipo de ruido. También se aconseja cambiar las bandas y las pastillas de freno, para garantizar que el sistema de frenos esté en estado óptimo.
Asimismo, se recomienda desmontar y limpiar los frenos delanteros y traseros para eliminar las impurezas y cambiar el líquido en su totalidad, ya que ofrece una mayor seguridad al prevenir la pérdida de frenos por ebullición, y reemplazar los cilindros de las ruedas cada tres años, especialmente si anteriormente hubo presencia de oxidación, fugas y atascamientos.
Finalmente, el técnico está en la obligación de lubricar los puntos de apoyo y aquellas partes mecánicas que se mueven entre sí, para que así el sistema funcione en las condiciones más óptimas y, además, evita el desgaste prematuro.
El correcto funcionamiento del sistema de frenos de cualquier vehículo es una prioridad para cualquier conductor, ya que es de gran ayuda para crear conciencia y conducir de manera más segura.