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En cinco meses en Adelgar, se puede lograr adelgazar 12 kilos de forma saludable

Es periodista y durante años fue víctima de su propio escepticismo: escribía sobre salud, tendencias y nutrición, pero cuando se trataba de sí mismo, acumulaba fracasos en forma de dietas milagro y planes exprés que siempre terminaban igual: con el temido efecto rebote. El pasado otoño decidió hacer lo que tantas veces había recomendado a sus lectores: ponerse en manos de profesionales. Así llegó a la clínica Adelgar, en Madrid, con el compromiso de probar un método con más de 30 años de trayectoria.

Cinco meses después, la balanza refleja 12 kilos menos. Pero lo importante no está solo en el número, sino en lo que ha aprendido sobre su cuerpo y en cómo se siente hoy: más ligero, con más energía y con la certeza de que puede mantenerlo en el tiempo.

La primera consulta: un análisis que va más allá del peso

El proceso arrancó con una entrevista médica completa para descartar posibles problemas de salud y ajustar el tratamiento a su situación. Después llegó el turno del analizador por bioimpedancia, un aparato que mide no solo el peso, sino también la composición corporal: porcentaje de grasa, masa muscular, agua, metabolismo basal…

Ese gráfico inicial fue un auténtico baño de realidad. Descubrió que su problema no eran simplemente los kilos acumulados, sino un exceso de grasa visceral y una gran retención de líquidos. El médico fue claro: adelgazar no es comer menos, es comer mejor y aprender a sostenerlo en el tiempo.

Una dieta variada, sin hambre y sin productos milagro

Lo que más le sorprendió fue que allí no había sobres, batidos ni suplementos. La propuesta consistía en una alimentación equilibrada, variada y adaptada a sus gustos y horarios. Podía comer pan, arroz, pasta o legumbres, pero en la medida justa. La clave estaba en las combinaciones y en las proporciones.

Cada dos semanas acudía a la consulta de nutrición, donde revisaban su evolución. Si había alguna comida social, un viaje de trabajo o incluso periodos de ansiedad, ajustaban el plan. Ese acompañamiento cercano fue, probablemente, lo que marcó la diferencia con respecto a todo lo que había intentado antes.

Además, la dieta no era monótona. Se adaptaba constantemente: un menú para invierno, otro más fresco cuando se acercaba el calor, recetas nuevas que hacían el proceso más fácil y, sobre todo, sostenible.

El papel del ejercicio físico

Confiesa que al principio se resistió. Hacía años que no practicaba deporte y la idea de sumar ejercicio a su vida sonaba más a castigo que a solución. Pero en Adelgar insistieron en que la actividad física, adaptada a cada nivel, era parte esencial del cambio.

Empezó con algo tan sencillo como caminar 30 minutos al día. Más tarde añadió sesiones de fuerza ligera en casa, con bandas elásticas y ejercicios básicos. Con el paso de las semanas, incluso se animó a acudir a un gimnasio de barrio.

Lo sorprendente es que, lejos de agotarle, el ejercicio le dio más energía y ayudó a acelerar la pérdida de grasa sin comprometer la masa muscular. Hoy ya forma parte de su rutina, sin que le suponga un sacrificio.

Controles y motivación constante

Cada mes repetían el análisis por bioimpedancia. Ver cómo la grasa bajaba mientras el músculo se mantenía era su mejor motivación. Había semanas con menos avance y otras con resultados espectaculares, pero siempre con la sensación de estar acompañado.

El médico revisaba su evolución periódicamente para asegurarse de que todo avanzaba en los parámetros correctos. Y el equipo de nutrición le enseñó algo aún más valioso: a interpretar sus propios hábitos.

Cinco meses después: el cambio

Hoy la báscula marca 12 kilos menos. Ha reducido de forma notable la grasa abdominal, se siente más ligero y, lo que es aún mejor, no tiene la sensación de estar a dieta. Ha aprendido a comer en restaurantes sin miedo, a organizar su nevera con criterio y a mantener un equilibrio sin prohibiciones estrictas.

No niega que hay que poner de su parte: disciplina, constancia y paciencia. Pero el gran descubrimiento ha sido que, con la guía adecuada, adelgazar no tiene por qué ser un suplicio.

Mucho más que perder peso

Lo que ha ganado no cabe en un número: confianza, autoestima y una sensación de control sobre su vida que había perdido. En Adelgar no le dieron una lista cerrada, le dieron herramientas para cambiar sus hábitos.

Adelgazar de forma saludable es posible, pero requiere ciencia, método y acompañamiento. Hoy, cinco meses después, no solo es 12 kilos más ligero: es alguien que ha recuperado la ilusión por cuidarse.

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