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Perros mayores y ansiedad por separación; claves a partir de un nuevo estudio sobre declive cognitivo

La población canina vive más años y eso es una buena noticia. Sin embargo, el aumento de la longevidad trae consigo desafíos asociados al envejecimiento. Entre ellos, el declive cognitivo canino —conocido en el ámbito científico como síndrome de disfunción cognitiva— aparece como un factor de creciente interés.

Un estudio reciente desarrollado en Santiago de Chile evaluó a perros de 7 años o más con la escala CADES y halló indicios de deterioro cognitivo en un porcentaje relevante de la muestra. El trabajo subraya que, a partir de los 13 años, la probabilidad de cuadros severos se incrementa de forma notable, un dato que coincide con investigaciones previas en poblaciones geriátricas.

Lo que dice el estudio y su enlace con los comportamientos al quedarse solos

La investigación reportó que más de la mitad de los perros evaluados mostraron algún nivel de afectación cognitiva, distribuida entre grados leve, moderado y severo. Este patrón no evidenció diferencias relevantes por tipología de perro, pero sí confirmó la tendencia a un empeoramiento con la edad avanzada. Estos resultados ayudan a interpretar comportamientos que suelen preocupar cuando el perro se queda solo: vocalizaciones intensas, deambulación sin rumbo, desorientación temporal (por ejemplo, confusión entre día y noche) o episodios de ansiedad que antes no se habían observado.

Cuando existe declive cognitivo, la capacidad de procesar rutinas y señales se ve alterada. Esto puede interferir con la tolerancia a la separación y con la adaptación a ausencias cotidianas. En perros mayores, un aumento repentino de comportamientos problemáticos durante los periodos de soledad no siempre responde a un aprendizaje previo, sino que puede estar relacionado con cambios neurocognitivos. Este matiz es clave para realizar una evaluación adecuada y para ajustar el enfoque de trabajo.

Ansiedad por separación canina: una mirada actualizada

La ansiedad por separación canina describe un conjunto de respuestas emocionales y conductuales que aparecen cuando el perro anticipa o atraviesa una separación de su figura de referencia. No es una cuestión de “mala educación” ni un rasgo de carácter fijo. La literatura actual, junto con la experiencia clínica y educativa, ha evolucionado hacia enfoques respetuosos que priorizan el bienestar y evitan técnicas aversivas. En el caso de perros mayores, la superposición entre ansiedad por separación y declive cognitivo requiere especial atención para no confundir origen, mantener expectativas realistas y planificar procesos graduales.

Perros mayores: la importancia de una evaluación cuidadosa

Los perros mayores pueden mostrar señales que, a primera vista, se interpretan como ansiedad por separación, pero que en realidad se vinculan con cambios propios del envejecimiento. La desorientación espacial, la alteración del ciclo sueño–vigilia, la mayor sensibilidad al ruido o la disminución sensorial pueden aumentar el malestar durante las ausencias. Por eso resulta fundamental no atribuir de inmediato todos los comportamientos a la separación, sino considerar la posibilidad de un declive cognitivo y, cuando corresponda, integrar recomendaciones veterinarias junto con un plan de educación canina respetuoso.

Una evaluación bien estructurada contempla la historia de aprendizaje del perro, la cronología de los cambios, el contexto del hogar y la rutina de ausencias. También incorpora el estado físico general, dado que el dolor crónico, la incomodidad o problemas sensoriales incrementan el estrés y pueden precipitar respuestas intensas en soledad. Este enfoque global permite distinguir entre un problema de separación como tal y comportamientos derivados del envejecimiento, que pueden requerir ajustes ambientales, de horarios y de estimulación cognitiva adaptada a la etapa vital.

La aportación de CANMIGOS y el método DAPS® en procesos respetuosos

CANMIGOS, con acompañamiento a casos en toda España (e incluso en otro países), trabaja desde hace años con familias que conviven con perros que presentan dificultades al quedarse solos. Su propuesta se basa en procesos progresivos, medición de avances y coordinación con profesionales de la salud animal cuando es necesario. El método DAPS® —un marco de trabajo específico centrado en la ansiedad por separación— prioriza la seguridad emocional, la desensibilización gradual a las ausencias y la prevención de picos de estrés durante el entrenamiento.

En perros mayores, esta aproximación requiere aún más finura: sesiones breves, objetivos realistas, pausas suficientes y consideración de las capacidades cognitivas y sensoriales del momento. La experiencia acumulada señala que la combinación de rutinas previsibles, enriquecimiento calmado y ausencias dosificadas ayuda a recuperar tolerancia de forma sostenible. Además, la comunicación con la persona referente del perro es esencial para ajustar parámetros en función de las respuestas observadas, evitando retrocesos y manteniendo el bienestar como eje.

Cómo integrar la evidencia reciente en el día a día

La evidencia que vincula declive cognitivo y comportamientos problemáticos al quedarse solos invita a repensar protocolos. La clave es actuar con prudencia metodológica: documentar el punto de partida, avanzar en incrementos pequeños y revisar datos de forma periódica. La tecnología doméstica permite monitorizar en vídeo los periodos de soledad; esta información objetiva ayuda a tomar decisiones informadas, especialmente en perros mayores en los que los signos pueden fluctuar según la hora, el cansancio o el contexto ambiental.

En este escenario, la labor de equipos especializados ofrece un valor añadido, siempre desde una perspectiva cooperativa y respetuosa. CANMIGOS integra la literatura científica emergente con la práctica diaria, lo que facilita adaptar procesos como DAPS a distintas edades y perfiles. La prioridad no es acelerar resultados, sino construir tolerancia auténtica a las ausencias, compatible con la etapa de vida del perro y con su estado cognitivo.

Recursos y cierre

Quien busque profundizar en ansiedad por separación canina y en marcos de trabajo respetuosos encontrará información ampliada en recursos especializados. La página de referencia de CANMIGOS sobre ansiedad por separación ofrece una síntesis de conceptos clave y describe cómo se estructura una evaluación sin técnicas aversivas a partir de indicadores observables, mientras que la sección dedicada al método DAPS® resume la lógica del proceso y su aplicación práctica en distintos contextos. Ambos materiales recogen la importancia de ajustar expectativas y de interpretar los avances con datos.

Más allá de este estudio, la tendencia internacional señala una mayor atención a la salud cognitiva de los perros mayores y a su impacto en el comportamiento. Integrar esta perspectiva con enfoques de educación canina respetuosa contribuye a reducir el sufrimiento, mejora la convivencia y fortalece el vínculo humano–perro. En ese cruce entre evidencia y práctica cotidiana es donde equipos como CANMIGOS vienen situando su aportación, con especial énfasis en la ansiedad por separación y en los desafíos que surgen cuando el perro se queda solo.

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