Víctor Aroca trasciende el personaje y habla del amor. Transmite la serenidad de quien ya no compite con nada, porque sabe que su mayor conquista ha sido consigo mismo.
Creador de Phoenix Secret Multiverse, comunicador místico y artista polifacético, ha hecho de su vida un escenario consciente donde arte y espiritualidad se entrelazan. En esta entrevista muestra sin reservas su verdad más íntima: el amor no como sentimiento pasajero, sino como un estado de consciencia. Sus palabras no buscan complacer, sino despertar. Una entrevista que ilumina, confronta y transforma.
Lo afirma con rotundidad y calma: “El amor es un estado de consciencia, no un sentimiento romántico. Muchas veces lo que llamamos amor es ego disfrazado de miedo a estar solos. El amor real no persigue una imagen idealizada: integra ambas polaridades, la luz y la sombra del otro. Si no eres capaz de amarlo todo, no es amor.”
Al profundizar en las formas de amar, traza un mapa casi pedagógico, como quien desvela una cartografía del alma: “Existen tres tipos de vínculos que pueden marcar nuestra vida. El primero es el amor kármico: caótico, adictivo, no está hecho para quedarse, sino para mostrarte heridas y dependencias. El segundo es el amor dhármico: paz, respeto, expansión, ver al otro brillar como parte del propósito en una relación sana y profunda. Y el tercero es el más elevado: el amor cósmico. Las parejas cósmicas hemos decidido reencontrarnos en esta época para llevar a cabo una misión de amor y difusión de conciencia en un despertar colectivo. Este vínculo lo fusiona todo, el amor de pareja y un mensaje trascendental que convierte este amor cósmico en pura alquimia, propósito, misión y destino.”
Con voz serena, confiesa: “Sané la herida del abandono, el miedo a no ser suficiente y la necesidad de ser elegido. Comprendí que nadie puede darme lo que yo no me doy. Cuando te eliges con integridad, nada que no esté alineado contigo puede tocarte. Mis vínculos en la actualidad solo fluyen desde un resonar compartido en plenitud.”
Surge una pregunta clave: ¿Cómo se atrae a alguien en un nivel de consciencia superior? Responde con firmeza: “El universo no responde a lo que pides ni a lo que aparentas; responde a lo que vibras e irradias. No atraes lo que quieres, atraes lo que eres. Esta es una verdad incómoda: en relaciones densas o tóxicas, por más que te creas espiritual, el otro solo refleja lo que aún te queda por sanar. Si deseas compartir tu vida con alguien pleno, primero has de convertirte en esa frecuencia. Y algo esencial es ser feliz a solas. Cuando esto sucede, encarnas el verdadero amor: el propio, la consecuencia de manifestarlo a través del otro es literalmente ley de causa y efecto.”
En cuanto a la traición, no esquiva la cuestión: “La traición externa es solo un reflejo de la interna. Si alguien cruza un límite contigo, es porque antes lo cruzaste tú en lo invisible. La verdadera revolución no es vengarte, sino reclamar tu paz interior. Perdonar es la clave, pero ello no implica olvidar, es integrar la lección para no repetirla.”
Sobre los límites que jamás cruzaría en un vínculo, es claro: “La lealtad emocional, la transparencia y la libertad de ser en reciprocidad. Si no podemos ser nosotros mismos, no hay relación real.”
Y al señalar el error más común en el amor, responde con calma: “Esperar que el otro nos salve. Nadie viene a rescatarte de ti mismo. Amar desde la herida no es amor, es miedo. Amar desde la plenitud y con libertad es realmente ser tú, es por ello que atraer a alguien que también refleje ese estado, te obliga a serlo tú antes, no hay ni existen excepciones al respecto.”
La humildad también ocupa un lugar esencial en su visión. Víctor Aroca desmantela el mito cultural con precisión: “Durante años nos hicieron creer que humildad es escasez o perfil bajo. Pero es justo lo contrario. Una persona humilde sabe quién es, reconoce su valor y no se siente ni superior ni inferior. Puedes tener éxito y seguir siendo humilde, porque entiendes que lo que eres es fruto de tu excelencia y de tu compromiso con algo más grande que tú. La verdadera humildad es reconocer tu grandeza y compartirla, sabiendo que al elevarte, inspiras al mundo entero a elevarse contigo.”
Víctor Aroca responde sin dudar a once preguntas para conocer su perspectiva sobre el amor, con frases que concentran certezas:
— ¿Qué es lo opuesto al amor?
“El miedo. Siempre el miedo.”
— ¿El amor se busca o se es?
“El amor no se busca, se es.”
— ¿El amor duele o sana?
“El amor no duele: lo que duele nunca fue amor.”
— Si tuvieras que definirlo en una sola palabra…
“Libertad.”
— ¿Qué mata el amor?
“La necesidad.”
— ¿Y qué lo potencia?
“La verdad.”
— ¿Qué inspira más: un beso o una mirada?
“La mirada, porque revela el alma entera.”
— ¿Qué prefieres: intensidad o profundidad?
“Intensidad con profundidad, porque ambas pueden danzar juntas.”
— ¿El amor es destino o elección?
“Ambas. El destino abre la puerta, la elección la sostiene.”
— ¿Qué valoras más en una relación auténtica?
“La libertad de ser uno mismo sin miedo a perder al otro.”
— ¿Qué es para ti el verdadero compromiso?
“No es obligación: es elegirse cada día desde la verdad.”
La conversación se vuelve más íntima y surge la pregunta inevitable: ¿está enamorado? Víctor Aroca responde sin evasivas: “Estoy enamorado de la vida, del arte, del propósito que representa Phoenix Secret Multiverse. A nivel personal y emocional no hay una mujer en estos momentos en mi corazón con el sentimiento de construir a largo plazo, pero sé que hay un acuerdo sagrado en el alma: la convicción de que ella existe y el reencuentro es inevitable y te diré que está muy cerca. No es búsqueda, es destino. Pactamos reencontrarnos mucho antes de nacer. Somos dos soles que se fusionan sin eclipsarse: brillamos juntos, nos expandimos y nos elevamos mutuamente. No existe competencia ni rivalidad, solo unión consciente en un amor que inspira a otros, porque trasciende la materia, el tiempo y la propia existencia.”
Ante la cuestión de cómo sabrá que es ella, Víctor Aroca lo tiene claro: “Cuando te has convertido en tu mejor versión, es inevitable el reencuentro con tu versión femenina con quien pactaste y sellaste el destino antes de nacer.”
Y cuando se le pide que hable de ella, aunque aún no se haya manifestado en lo terrenal, sonríe y dice: “Ella es mi AS de corazones. Y yo el suyo.”
La entrevista concluye con una declaración que queda suspendida en el aire: “¿Y sabes por qué lo sé? Porque es una historia escrita por el alma… y esta nunca olvida lo que vino a amar. La sensación que se experimenta en un vínculo de esta magnitud es que ambos sentimos que somos el reflejo perfecto: nada que poner, nada que quitar. Y la certeza imposible de ignorar en este tipo de conexiones trascendentales: somos únicos e irremplazables, el uno para el otro.”
Hablar de amor en boca de Víctor Aroca es hablar de consciencia, de libertad y de destino compartido. Sus palabras trascienden lo personal y resuenan como legado colectivo: vivir el amor no como necesidad, sino como la más alta expresión de plenitud.