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domingo, junio 29, 2025

Semana Santa en Jerez de los Caballeros; Un viaje al corazón de la pasión y el arte sacro

En el suroeste de España, donde la luz del atardecer tiñe de oro las torres barrocas y las calles empedradas, se alza Jerez de los Caballeros, una ciudad que cada año se transforma en un escenario vivo de devoción, arte y tradición. Su Semana Santa, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2015, es mucho más que una celebración religiosa: es un viaje al corazón de la Pasión, un encuentro con la historia y una explosión de emociones que deja huella en quien la vive.

Jerez de los Caballeros es una ciudad que parece detenida en el tiempo. Sus calles angostas, sus plazas centenarias y sus cuatro imponentes templos barrocos conforman un escenario único, donde cada rincón cuenta una historia. Es en este marco incomparable donde las procesiones cobran vida, deslizándose entre muros que han visto pasar siglos de fervor. Las cuestas pronunciadas y las fachadas encaladas añaden un toque de misterio, mientras el aroma a incienso y cera fundida impregna el aire, creando una atmósfera que invita al recogimiento y a la contemplación.

Ocho Cofradías, ocho historias de devoción

La Semana Santa de Jerez de los Caballeros se sustenta en ocho cofradías centenarias, cada una con su propia identidad y su legado de siglos. Estas hermandades, fundadas en su mayoría entre los siglos XVIII y XIX, son guardianas de una tradición que se transmite de generación en generación. Entre ellas destacan:

La Pontificia y Real Cofradía de Santo Domingo de Guzmán y Nuestra Señora del Rosario, con su solemnidad y elegancia.

La Hermandad de Penitentes del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, que evoca el dolor y la redención.

La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, cuyo paso el Viernes Santo es uno de los momentos más emotivos de la Semana Grande.

Cada cofradía es un mundo en sí misma, con sus propias imágenes, sus bordados, sus músicas y sus rituales. Juntas, tejen un tapiz de fe y arte que convierte a Jerez en un referente de la Semana Santa española.

Imágenes que habla al Alma

El patrimonio artístico de la Semana Santa jerezana es sencillamente deslumbrante. Las imágenes que desfilan por las calles son obras maestras de la imaginería española, creadas por nombres como Sebastián Santos, Castillo Lastrucci, León Ortega o Álvarez Duarte. Estas tallas, muchas de ellas centenarias, no son solo esculturas: son expresiones de dolor, de esperanza, de amor y de fe.

Ataviadas con bordados de oro y seda, y acompañadas por el sonido de cornetas y tambores, estas imágenes cobran vida en las manos de los costaleros, que las hacen “bailar” al ritmo de su respiración. Es en ese momento, cuando la música se funde con el silencio y el incienso envuelve el aire, cuando el espectador siente que está siendo testigo de algo trascendente.

Una Semana que Late al Ritmo de la Pasión

La Semana Santa de Jerez de los Caballeros es un viaje emocional que comienza el Domingo de Ramos, con el olor a romero y el blanco de las túnicas infantiles, y culmina el Domingo de Resurrección, con el vuelo de palomas y globos que iluminan el cielo. Entre medias, cada día tiene su propio carácter:

El Lunes de Penitencia y el Martes de Oración, donde el misticismo se apodera de las calles.

El Miércoles y Jueves Santo, con la liturgia de la Sagrada Cena, el Cristo Coronado de Espinas y la Amargura de María.

El Viernes Santo, día cumbre, cuando el Nazareno recorre la ciudad en un silencio solo roto por el redoble de los tambores.

Jerez, más allá de una Semana Santa única… ¡Un destino cautivador!

Jerez de los Caballeros es, ante todo, una ciudad monumental. Sus murallas templarias, testigos de un pasado glorioso, envuelven un casco histórico repleto de iglesias, palacios y conventos que narran siglos de historia. La Iglesia de San Bartolomé, con su imponente torre barroca, es un símbolo de la ciudad, mientras que la Iglesia de Santa María de la Encarnación, la más antigua, traslada a los orígenes de esta tierra. No menos impresionante es la Iglesia de San Miguel, cuya torre gótica domina el horizonte, o la sobria belleza de la Iglesia de Santa Catalina, un rincón lleno de devoción y arte.

Pero Jerez no solo es piedra y pasado. Es también un lugar donde las leyendas de los Caballeros Templarios cobran vida. Sus calles empedradas, sus plazas llenas de encanto y sus miradores sobre la dehesa invitan a perderse y a imaginar aquellos tiempos en los que la Orden del Temple dejó su huella imborrable.

La gastronomía de Jerez de los Caballeros es un reflejo de su entorno. La dehesa extremeña está presente en cada bocado, desde el exquisito jamón ibérico de bellota hasta los embutidos y quesos artesanales. Platos como las carnes ibéricas a la brasa o el bollo turco jerezano, un dulce local, son imprescindibles en cualquier visita. Y para terminar, nada mejor que los dulces conventuales, herencia de una tradición repostera que ha perdurado a lo largo de los siglos

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